Cecilia Russo

Transiciones Laborales. Quiero cambiar mi foco de carrera. ¿Cómo lo hago?

Hace tiempo que en la práctica como consultores y coaches escuchamos Líderes con carreras exitosas y muy productivas, que se plantean algo de lo siguiente: “Quiero dar un giro a mi carrera”, “Me gustaría reorientarme hacia otra área de negocio”, “Quiero dejar el mundo corporativo y comenzar mi propio emprendimiento”, “Aprovechando que me desvincularon, quiero pensar en qué quiero para mi futuro laboral”, entre otros ejemplos de situaciones bastante habituales.

La pandemia profundizó estas experiencias, dado que más allá de las situaciones individuales, para la mayoría de los seres humanos este tiempo implicó un momento precioso para pensarnos, reflexionar, alinear nuestros valores, definir prioridades, revalorizar aspectos de la vida no explorados. Y junto a eso viene el inevitable balance de cómo estoy, qué quiero, cuánto de lo que quiero está expresado en la vida que tengo. Momentos de crisis en lo personal, familiar, laboral, que muchas veces son el trampolín para tomar decisiones que quizás se venían gestando, pero que no encontraban el momento para ser expresadas o transformadas en una acción concreta de cambio en nuestra carrera laboral.

Hace muchos años, llegó a mí el libro “Working identity” de Herminia Ibarra que en su momento me pareció de vanguardia (año 2003) porque expresaba algunas de estas ideas sobre Identidades profesionales explicando con total normalidad y a través de ejemplos de vidas reales, la idea de que la Identidad profesional y laboral es múltiple y la vamos desarrollando durante el transcurso de nuestras vidas. 

Obviamente el modelo de trabajo para toda la vida cayó hace tiempo, pero no únicamente desde la perspectiva del cambio de empresa, o pasar a trabajar en forma independiente. Acá hablamos de redireccionar la carrera laboral dado que “algo” del modo en el cual vengo viviendo mi profesión o carrera “ya no me cierra”.

¡Qué bueno poder hacernos esta pregunta! Hoy está habilitada socialmente en las generaciones más jóvenes pero también en los que somos Generación X que empezamos a incluir en nuestros intereses el equilibrio, el tiempo para otros aspectos de la vida, la generación de espacios de satisfacción personal.

Entonces la primera buena noticia es que sea “normal” pensar en esta versatilidad, flexibilidad y redefinición de nuestras carreras profesionales. Nada de qué preocuparse si estamos en un momento de transición profesional, el punto es cómo abordarlo y transitarlo.

Herminia Ibarra describe este proceso de transición o cambio como el devenir de las siguientes etapas:

  • 1ra Etapa: Es la etapa de introspección en la cual analizamos nuestras prioridades, intereses, cómo somos desde una perspectiva lo más objetiva posible, evaluamos nuestra historia y lo que nos motiva a futuro. Muy importante es en esta instancia todo aquello que nos conduzca a nuestro autoconocimiento, el feedback que podamos recibir de jefes, pares, nuestro equipo de trabajo y también de amigos y familiares que nos conocen y quieren bien.
  • 2da Etapa: Es la etapa de exploración de posibilidades, qué opciones tengo, qué de mi carrera y experiencia pueden ser aplicadas en un nuevo rol, modelo de carrera, nuevos desafíos. Hay una tarea interesante en explorar, generar conexiones efectivas con otros que puedan contarnos y acercarnos a diferentes mundos. También la formación académica en algún área de interés que pueda ser el puente para una nueva inserción laboral.
  • 3ra Etapa: Es la etapa de comenzar a dar pequeños pasos en la dirección de futuro, experimentando algunos cambios que me lleven a eso que estamos pensando. Esto ocurre participando de algún proyecto especial, realizando proyectos de consultoría en áreas de especialidad o comenzando un pequeño emprendimiento sin dejar de lado mi ocupación principal. Acá será fundamental encontrar el “conector” entre los mundos o identidades. ¿Qué de mi identidad laboral anterior tomo o aplico en este nuevo rol u ocupación? ¿Qué competencias que desarrollé puedo adaptar a este nuevo desafío, cómo apalanco lo que aprendí en el pasado a la realidad de hoy?

¿Cuál es el resultado de estas 3 Etapas?

El resultado es lo visible, ese cambio que generamos en el afuera que todos pueden ver y reconocer pero que implicó un proceso de trabajo personal hondo y complejo.

Sin duda es un proceso al cual hay que animarse a recorrer, implica mucho coraje, asunción de riesgos y sabiendo de antemano que la emoción de base será la incertidumbre y la duda.

Está claro que no es un camino cómodo, como cualquier transición o proceso de aprendizaje, nos tiene que incomodar y ese es el signo de que algo “importante” nos irá a ocurrir.

Ahora, ¿puedo elegir transitar o no este camino?

El problema es que cuando iniciamos el proceso, es decir, cuando la pregunta en relación a nuestro futuro emergió y nos sentimos incómodos, el cambio vendrá en algún momento.

Luego tendremos que ver el cómo, el cuándo, el desarrollo, cómo compensar lo que pierdo con el cambio, pero la transformación  vendrá casi inevitablemente.

Una vez más un desafío solo para valerosos y personas conectadas con su propósito de vida y personal. Si no tomamos este camino, la otra opción es quedarnos en el status quo que probablemente nos dejará con poco sentido en nuestro día a día o nos empobrecerá.

¡Así que a animarse y éxitos en ese camino!

Cecilia Russo

Julio 2021 

 

Bibliografía recomendada: 
  • “Working identity”. Herminia Ibarra – Harvard Business School