En tiempos donde todo cambió y en el cual estamos expuestos a un nivel muy alto de incertidumbre, la confianza se transforma en una emoción central a la hora de transitar este momento particular.
¿Qué es la Confianza?
Es una disposición emocional que se transforma en el motor de la acción. Cuando siento confianza, me animo a lo desconocido y en consecuencia a crear, innovar, proponer, cambiar. Se abre una paleta enorme de potencialidades y posibilidades de desarrollo para mí y mi entorno.
La base de la confianza es la autoconfianza que se gesta desde pequeños a partir de las experiencias que vivimos y transitamos.
Numerosos autores estudiosos del desarrollo de los niños desde pequeños enuncian la importancia de la crianza en el desarrollo de la autoconfianza e incluso ensayan estrategias y sugerencias para que los padres contribuyan a ese desarrollo desde temprana edad.
Melina Furman en su libro “Guía para criar hijos curiosos” nos explica que si exponemos a los chicos a un entorno de confianza donde puedan equivocarse, probar e ir resolviendo desafíos, vamos a generar en ellos la creencia de autoeficacia, que significa la sensación de que podemos hacer bien las cosas. Esta sensación nos permite sostenernos en los momentos de fracaso o dudas que todo proceso de aprendizaje y crecimiento conllevan. Para que esto ocurra, la sugerencia es exponer a los niños a distintos desafíos en los cuales tengan que poner en práctica la autoeficacia como modo de entrenar la habilidad.
La autoconfianza es la base para la generación de confianza con otros. Si aumento la confianza en mí mismo, probablemente aumentará la confianza en otros y en consecuencia los otros confiarán en mí.
Sabemos que el logro de confianza es el objetivo más importante en la conformación de un equipo de trabajo.
Desde la etapa inicial de Conformación del Equipo hasta el momento final de Desempeño satisfactorio, se juega un proceso de aprendizaje y desarrollo como Equipo que está alimentado por el nivel de confianza que ese equipo se tiene.
Al mismo tiempo en nuestro rol de Líderes, a medida que confiamos en nuestros equipos, logramos mayor autonomía en las personas, mayor posibilidad de delegar y capacidad para desarrollar el potencial individual animando a que mi gente se equivoque, dude y arriesgue en el logro de los objetivos.
En este contexto de crisis y donde mi equipo no está cerca de mí, la confianza se transforma en una emoción fundamental. Para quienes ya venían transitando el camino de construcción de confianza, será más sencillo. Para los que no, hoy están obligados a acelerar ese camino de confianza y delegación.
La contracara de la Confianza es la Vulnerabilidad. La Vulnerabilidad nos evoca sensaciones de debilidad, peligro, inseguridad, sentimientos de incapacidad, vergüenza e incomodidad.
La autora Lucila Mejía Londoño define a las emociones como estados que transitamos y que tienen luz (aspecto positivo) y sombra (aspecto negativo). Esto quiere decir que no hay emociones positivas ni negativas, sino que dependiendo cómo las vivamos o qué lectura hagamos de las mismas serán positivas o negativas para nuestra vida.
En el caso de la Confianza, su aspecto de luz permite generar relaciones duraderas, afianza los vínculos, contiene tranquilidad y da paso a creer en los demás. En su aspecto de sombra su exceso anula la cautela sana que previene y nos cuida.
En el caso de la Vulnerabilidad, el aspecto de luz nos permite ser resilientes, nos impulsa a lo nuevo, a crear y reinventarnos. En su aspecto de sombra impulsa a abandonarnos, a renunciar, a no intentar nueva opciones.
Brene Brown, profesora de investigación en la Universidad de Houston, define la Vulnerabilidad como “el punto en que nacen el amor, el sentido de pertenencia, la valentía, la creatividad, la empatía y la alegría. Es fuente de esperanza, empatía, responsabilidad y autenticidad (…) es poder compartir nuestras historias con aquellos que han ganado el derecho de escucharlas”. En consecuencia, la vulnerabilidad se vuelve necesaria para construir vínculos profundos con los demás.
En la charla Ted “El poder de la vulnerabilidad”, Brene Brown explica con claridad esta idea y nos deja un mensaje claro del poder positivo de la vulnerabilidad en nuestras vidas.
Finalmente, cómo nos mostramos frente a nuestro equipo? Pueden confiar en nosotros y nosotros en ellos? Nos mostramos vulnerables para luego abrir la posibilidad de que ellos se sientan vulnerables y nos lo compartan?
Estamos frente a una oportunidad enorme para desarrollar y poner en práctica estas emociones con nuestros equipos. Difícilmente tengamos otro momento en la historia de nuestras vidas donde los seres humanos estemos tan “emparejados” en lo que vivimos y en consecuencia en aquello que nos pasa, cómo lo interpretamos y decodificamos.
Por eso aprovechemos este momento para desarrollar mayor Confianza en mí mismo como líder, en generar Confianza en mi equipo y por último a mostrarnos Vulnerables y desde allí construyamos proyectos y caminos de superación personal y profesional.
Cecilia Russo
Junio 2020
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