Los días de aislamiento continúan y aquellas decisiones o acciones tomadas en un escenario de emergencia, hoy se volvieron parte de nuestro día a día, se volvieron parte del modo en el cual tenemos que gestionar y seguir logrando resultados.
Dentro del proceso que implica esta crisis, vamos pasando por diferentes estadíos, fases o etapas que requieren de nosotros como líderes distintas competencias y actitudes.
Para este análisis, me voy a referir a un aporte que entregó Dave Ulrich en un webinar que lideró hace un par de semanas “After the Shock. HR Value Added” en el cual hace un paralelo entre el modo en que los médicos actúan ante una emergencia hospitalaria y cómo gestionar el liderazgo en las organizaciones en situaciones de crisis.
Ulrich describe 4 etapas en una emergencia hospitalaria:
- Etapa 1 – Primeros auxilios: el foco está en actuar rápido y hacerse cargo de la situación.
- Etapa 2 – Traslado, ambulancia: el foco está en la contención emocional y generar un buen diagnóstico de la situación.
- Etapa 3 – Internación hospitalaria: el foco está en ser atendido por expertos, generar soluciones y realizar los mejores procesos y acciones para la mejora.
- Etapa 4 – Vuelta a casa: el foco está en rediseñar nuevas rutinas y aprender de lo vivido.
Y luego plantea cuál es la expectativa frente a los líderes en esos escenarios dentro de una organización. ¿Qué se espera del líder en cada una de esas etapas?
- Etapa 1 – Primeros auxilios: El líder es modelo de rol a través de los valores que encarna y comunica, comunica y comunica!
- Etapa 2 – Traslado, ambulancia: Pone confianza en el futuro, construye credibilidad estando disponible, siendo transparente y honesto.
- Etapa 3 – Internación hospitalaria: Lidera la búsqueda de soluciones, comparte su autoridad con los expertos para resolver los problemas.
- Etapa 4 – Vuelta a casa: El foco está en rediseñar nuevas rutinas y aprender de lo vivido, recuperar la experiencia.
Desde mi perspectiva, dentro de la crisis que produce la pandemia y el aislamiento, nos encontramos en la Etapa 2. Esto implica una etapa donde se espera de los líderes claridad, credibilidad, contención y soporte emocional.
Estamos hablando básicamente del Manejo Emocional, cómo el líder se transforma en un Líder Emocional que logra liderar sus propias emociones para luego liderar las de su equipo.
¿Cómo hago para liderar mis propias emociones? En primera medida, reconociéndolas, es decir, teniendo a mano un repertorio emocional que me permita identificarlas y a partir de allí actuar. ¿Puedo no sentir una emoción? No! Pero puedo hacer algo para salir de ella o permanecer o simplemente fluir allí si lo deseo.
Y ¿cuáles son las emociones posibles? Algunos autores definen 5 emociones básicas: alegría, miedo, tristeza, rabia y ternura. Pero en el repertorio emocional existen muchas otras como ambición, resolución, paz, humildad, determinación, confusión, arrogancia, vergüenza, culpa, soledad, ansiedad, compañerismo, confianza, equilibrio y muchas otras!
Hay un ejercicio muy poderoso que es el Registro de las Emociones y es simplemente con papel y lápiz en mano, registrar las emociones por las cuales paso durante un día. Nos sorprenderemos de ver todo el recorrido que ocurre solo en un día!
Y una vez que el líder reconoce su Mundo Emocional, ¿qué hace?
Está más abierto a entender el Mundo Emocional de su Equipo y puede intervenir en él con mayor agudeza.
Si como Dave Ulrich nos propone, estamos en la Etapa 2 en el manejo de esta crisis en la cual se espera del líder que sea quien pone confianza en el futuro, construye credibilidad estando disponible y siendo transparente y honesto, surgen algunas preguntas:
- ¿Qué haré para estar más cerca de las emociones de mi gente?
- ¿Cómo ayudo a transitar momentos de vulnerabilidad, miedo, angustia?
- ¿Cómo genero espacios para compartir eso que vamos sintiendo?
- ¿Soy capaz de mostrar mi propia vulnerabilidad a mi equipo?
Momento más que oportuno para que lo emocional brote en mi rol de líder. Para quienes tienen el Mundo Emocional más a la mano, será más sencillo y quizás una práctica habitual compartir emociones con su gente.
Para quienes lo emocional es más difícil de abordar, una enorme oportunidad que nos da este tiempo! Quizás sea uno de los tantos aprendizajes que nos deje esta Pandemia.
Cecilia Russo
Mayo 2020