Cecilia Russo

La Revolución Humanista. ¿Qué nuevos desafíos tengo como Líder hoy?

Cada vez son más importantes los desafíos que enfrentan los Líderes en las organizaciones.

A su tradicional tarea de planificar, gestionar, controlar y dar feedback (modelo tradicional del Liderazgo), sabemos que es imprescindible sumar una mirada desde la Inteligencia Emocional para poder comprender expectativas, necesidades y cuál es el verdadero engagement de cada miembro del equipo con el proyecto.

En tiempos de pandemia e incertidumbre global, estos desafíos se acrecentaron.

Re-leyendo a Yuval Harari en su libro “Homo Deus”, tuve un momento “ahá”, esos donde haces síntesis y decís, esta idea que plantea el autor, puede explicar algunas de las dificultades de los Líderes de hoy. Paso a contarles!

Textualmente, Harari dice:

“El Humanismo se escindió en tres ramas principales. La rama ortodoxa sostiene que cada ser humano es un individuo único que posee una voz interior distintiva y una serie de experiencias que nunca se repetirán. Cada ser humano es un rayo de luz singular, que ilumina el mundo desde una perspectiva diferente y que añade color, profundidad y sentido al universo. Por ello debiéramos dar tanta libertad como sea posible a todos los individuos para que experimenten el mundo, sigan su voz interior y expresen su verdad interna” (Homo Deus, pág. 277).

¿Por qué me pareció tan fascinante esta idea? 

Porque el autor pone énfasis en el protagonismo del hombre, en estos tiempos, en cuanto a la búsqueda de su libertad, sentido y propósito. Esto que hoy vemos como el perfil típico de los millennials y con el cual a veces nos peleamos, cobra sentido también en otras generaciones, para las cuales el modelo tradicional de relación con un trabajo o un jefe, empezó a caerse.

El otro día un cliente me comentaba que un miembro de su equipo, joven y con alto potencial, a quien le estaban dando una asignación desafiante para que se desarrolle, le preguntó cuánto le iban a pagar para sumar esa otra asignación a su tarea habitual. 

En otros tiempos hubiéramos pensado: si esta persona hace su nueva tarea razonablemente bien, tendrá visibilidad, crecerá, promoverá y en consecuencia ganará más dinero. 

Pero hoy la percepción es diferente y la pregunta es: ¿Está mal lo que plantea esta persona? ¿Es lógico dar, esperando recibir algo a cambio sobre lo cual no tenemos certeza?

Entonces, ¿qué herramientas tiene el líder para negociar entre los objetivos del negocio y la satisfacción de esos logros individuales de su gente? ¿Cómo logra ser un equilibrista para que haya una síntesis entre ambos mundos? ¡Compleja tarea!

Se me ocurren algunas líneas para pensar:

  • Tener la mayor claridad posible de los intereses, motivaciones y prioridades de mi equipo.
  • Generar espacios de conversación periódicos en los cuales haga un update sobre ¿en dónde están, en qué están, qué les está preocupando en su día a día?
  • Comprender el momento vital de la persona y en consecuencia, cuáles son sus expectativas frente al desafío laboral.
  • Ser muy asertivo para explicar qué podrá darle y qué no podrá darle la organización a esta persona. Con claridad, sin falsas expectativas, en un marco de confianza y realismo.

 

Y todo esto no lo planteo desde una mirada romántica de la relación Líder-Colaborador. Es simplemente contar con la información que me permitirá prever situaciones de egreso de gente clave o caída del desempeño por falta de engagement. O simplemente darme cuenta que aquello que necesito como líder, en relación al desempeño de mi equipo, no lo tendré, entre otras cosas.

Cada vez hay realidades más complejas que, al mismo tiempo, nos desafían en nuestro rol de Líderes a cada instante.

Entonces, ¿qué vas a hacer desde mañana para aprovechar el color, profundidad y sentido de cada miembro de tu equipo?

Cecilia Russo

 

Bibliografía recomendada: 
Harari, Yuval. “Homo Deus”. Editorial Debate / Capítulo 7 – La Revolución Humanista