Llega diciembre y es inevitable hablar de balances, cierres, cumplimiento de objetivos y metas.
En lo personal, hace algunos años que comencé a sacarle peso a diciembre como ese momento del año donde somos exigentes mirando los logros, las metas alcanzadas, lo cumplido, lo que nos falta. Prefiero pensarlo como un momento importante dentro de un continuo y devenir que es evolutivo y ojalá ascendente en términos de logros personales, familiares, profesionales.
Entonces, cómo hacer ese balance intentando ser justos con nosotros mismos?
Y ahí me surge la idea de Aprendizaje como una distinción poderosa. La pregunta sería:
- En 2019, Aprendí algo?
Y siendo líder, me preguntaría además:
- Qué oportunidades de Aprendizaje generé en mi equipo?
- Entregué oportunidades para que mi equipo se desafíe, se equivoque y en definitiva Aprenda?
- Pude ser flexible para redireccionar el camino y lograr mejores resultados y Aprendizaje?
- Logré ser Ágil como concepto de liviano y listo para tomar decisiones diferentes cuando son necesarias?
Pero, qué significa Aprender?
Para hablar de Aprendizaje, me paro en la Ontología del Lenguaje de la mano de Rafael Echeverría, donde nos explica que pueden existir 2 tipos de aprendizaje:
- Aprendizaje de 1er Orden: en este caso lo que busco es modificar acciones, incorporar recursos, mejorar procesos, para lograr mejores resultados.
- Aprendizaje de 2do Orden (más complejo y de impacto): implica cambiar el Observador que soy de la realidad, entendiendo el Observador como mi particular forma de percibir la realidad.
Según Echeverría, logro impacto, cambio y aprendizaje cuando alcanzo Aprendizajes de 2do Orden. Pero cómo lo logro?
Implica un esfuerzo importante porque me lleva a revisar mis hábitos, creencias, costumbres, historia, es decir, todo aquello que me constituye en la persona que soy y que de algún modo diseña mi identidad.
También implica derribar algunos Enemigos del Aprendizaje siempre presentes, como el “No puedo”, “No sé”, “No es prioritario”, “no saber que no sé” y una larga lista de obstáculos que nos impiden cambiar y elevar nuestra mirada sobre la realidad.
Entonces Aprender se transforma en un desafío muy relevante y dificultoso en el cual se compromete mi mente, mi cuerpo y mis emociones. Todo mi Ser está al servicio o no del Aprendizaje.
Con esta reflexión, nos damos cuenta lo dificultoso del Aprendizaje lo cual nos implicaría estar muy satisfechos con nosotros mismos si podemos encontrar 2 o 3 aprendizajes reales a lo largo de un año.
Entonces mi deseo es que terminemos el año habiendo reconocido y celebrado esos aprendizajes. Y que proyectemos “Qué quiero aprender en 2020”?
Cecilia Russo
Diciembre 2019